Los dos príncipes
(Idea de la poetisa norteamericana Helen Hunt Jackson.)
El palacio está de luto
y en el trono llora el rey,
y la reina está llorando
donde no la pueden ver:
en pañuelos de holán fino
lloran la reina y el rey:
los señores del palacio
están llorando también.
Los caballos llevan negro
el penacho y el arnés:
los caballos no han comido,
porque no quieren comer.
El laurel del patio grande
quedó sin hoja esta vez:
todo el mundo fue al entierro
con coronas de laurel.
¡El hijo del rey se ha muerto!
¡Se le ha muerto el hijo al rey!
En los álamos del monte
tiene su casa el pastor.
La pastora está diciendo:
«¿Por qué tiene luz el sol?».
Las ovejas, cabizbajas,
vienen todas al portón.
¡Una caja larga y honda
está forrando el pastor!
Entra y sale un perro triste,
canta allá adentro una voz:
«Pajarito, yo estoy loca,
llévame donde él voló!».
El pastor coge llorando
la pala y el azadón,
abre en la tierra una fosa,
echa en la fosa una flor.
¡Se quedó el pastor sin hijo!
¡Murió el hijo del pastor!